Cenas caseras deliciosas

[StylER of life Eva Rogado] ¿Habrá mayor placer que quedarse uno en casita, mientras fuera diluvia y hace un frío polar, se oye el sonido de la lluvia y el viento contra las ventanas?

Viendo lo que anunciaban los señores del tiempo para el sábado pasado, las condiciones climatológicas eran perfectas para el plan. Así que decidí hacer de anfitriona, y poner mi casa al servicio de la causa.

Como toda buena reunión que se precie, no puede faltar comida y bebida de acompañamiento.

En el post de hoy, sin dar ninguna receta, que no me voy a meter donde nadie me llama, solo quiero daros la idea de un par de platos curiosos, con ingredientes un poco diferentes a lo que solemos usar en este tipo de recetas, con los que innovar un poco.

El primero me parece original, además de que estaba exquisito, porque lo hicimos utilizando como ingredientes recursos naturales. Me explico. Como habréis visto en otros post de esta sección, soy bastante aficionada a las rutas de montaña. Y el bosque en otoño, además de sus colores, olores y sonidos te ofrece también placeres para el sentido del gusto.

Paseando por el monte asturiano, en esta estación, las setas y las castaña te acompañan durante todo el camino. Habíamos hecho de recolectores, y nos fuimos con las cesta cargada para casa, sin saber muy bien que íbamos hacer con ello.

He de decir que las setas las llevamos antes a un experto, en concreto a la Sidrería Casa Fernando de Gijón. Su dueño pertenece a la Sociedad Asturiana de Micología, para que nos diera el visto bueno, que ya sabemos que con las setas hay que tener mucho cuidado. Añadir si sois de Gijón, y si venís, pasar a pobrar sus recetas de setas, porque son algo que no se olvida.

Y no me voy a echar flores que no son mías, ni es de mi cosecha la idea de la receta. El plato que salió fue: ¡canelones de setas y castañas!

La foto no dice mucho porque simplemente se ven unos canelones, pero estaban más que exquisitos. Además de la explosión del sabor, que le daba la mezcla de las setas con las castañas, era su aroma a tierra y naturaleza. Daba la sensación de estar comiendo en pleno bosque. Algo diferente a cualquier canelón que yo hubiera probado hasta ahora.

El otro plato que os quiero mostrar fue el postre, y me toco hacerla a mí. Evidentemente la receta no es mía, y todo el mundo que me conoce sabe que mi incursión en la cocina y en el mundo culinario viene desde hace bien poquito tiempo. Pero parece que le estoy cogiendo gusto. La receta es de la Guinda del Pastel, y podéis encontrarla en su blog: Brownie de Remolacha. Si habéis oído bien, de remolacha.

Me decidí hacerla, porque el día que Ana La Guinda del Pastel nos la dio a probar no nos dijo de que estaba hecha. Una vez que acabamos al no dejar ni una miga de lo bueno que estaba, nos dio el ingrediente secreto, y todos quedamos con cara de emoticono ojiplático.

Así que como era la anfitriona y quería sorprender pues me puse a ello. Con el teléfono de la confitería más cercana por si fallaba el horno 😉. Pero puse mucho amor, y prueba superada.