[Diario de un emprendedor]
CapÃtulo 15: Los optimistas ilusos
Será que las canas a parte de “quedar” muy bien… (alguna novia que tuve no pensaba asà 😉 ) te dan un plus de experiencia que es fundamental en la vida de un emprendedor.
Claro que hay que ser enérgico, decidido, positivo, estratega, optimista... y muchas más cosas cuando te enfrentas a la cruda realidad de montar tu pequeño negocio, pero es ese “toque” de experiencia, calma y reflexión que te dan los años vividos los que te llevan a tomar las decisiones más acertadas…
PerfumerÃas Frascos
A los pocos meses de empezar esta aventura, año 2006, y con la oficina en la calle Santa LucÃa, se personaron en Eva Rogado dos señoras interesándose por el Aceite de Rosa Mosqueta. Me dijeron que eran matronas y que querÃan probar nuestro aceite para temas de estrÃas de embarazadas y demás. Estuvimos charlando por espacio de una hora y luego se fueron. Nunca más volvà a saber de ellas. Lo que sà recuerdo es que tenÃa la ventana abierta y desde el entresuelo que era el piso donde estábamos puede escuchar de la que se iban y salÃan por el portal:
-“Parecen buenos chavales”, pero no creo que lleguen a los dos años con la empresa abierta.
La madre que las parió pensé. Joder como nos gusta a la gente jugar a adivinos… TenÃa una rabia interna que me consumÃa y es una anécdota que nunca olvidaré.
Esto viene al caso por lo siguiente. Seguramente tenÃan razón. Una marca de cosmética, con pocos recursos económicos tendrÃa difÃcil abrirse hueco en el mercado. A dÃa de hoy mi madre sigue pensando que es un milagro que sigamos en pie. Yo cada dÃa le doy más la razón.
DecÃa Woody Allen que “el noventa por ciento del éxito se basa simplemente en insistir” y no puedo estar más de acuerdo en esa afirmación.
Eva y yo querÃamos llevarle la contraria a aquellas visitantes.
Siempre salÃamos de las visitas con el optimismo de que nos iban a “coger” las cremas pero luego no acabábamos de rematar la faena, o no le dábamos la continuidad necesaria que necesita una buena acción comercial. Muchas veces nos decÃan ya os llamaremos… y evidentemente no llamaban. Pero lo “cojonudo” es que nosotros tampoco llamábamos para preguntar o simplemente para oÃr el “no”. Éramos unos optimistas ilusos.
Unas de las perfumerÃas que más nos gustaban y nos gustan de Gijón, Luanco, Avilés y Mieres son las perfumerÃas Frascos.
Llevamos desde el año 2009 trabajando con ellos, pero empezamos a presentarles la marca en el año 2006. Recuerdo la primera visita. En un principio tratamos con el gran jefe Tino Grana al cual le tengo un gran cariño y me parece uno de los mejores negociadores que conozco. Cuando le presentamos la lÃnea por segunda vez (la primera duró apenas 5 minutos) frunció el ceño y exclamó un: “chavales, pero vosotros estáis locos”. Ante esa afirmación poco hay que hacer. Miró de nuevo los productos para terminar con un: “no lo acabo de ver”
SolÃamos salir de las reuniones con los frasquinos (es el apodo cariñoso que les tengo) algo cabizbajos pero nos las ingeniábamos para volver a visitarles pasados 4 o 5 meses con algún producto nuevo o promoción y seguir insistiendo.
Recuerdo que llegamos a visitarlos unas 6 veces… hasta que por fin Tino, ya cansado de nuestra insistencia habló con Antonio, su hijo, y le dijo: “Mira a ver que se puede hacer con estos chavales anda”
En la primera reunión con Antonio tampoco pudo ser pero nos prometió que se lo enseñarÃa a alguna de sus vendedoras y si le daban el visto bueno podrÃamos empezar a trabajar con ellos, poco a poco.
Y asà fue. En Febrero del año 2009 estábamos implantados en 3 tiendas de Frascos. La de Avilés, la de Luanco y la de la calle Ezcurdia, en Gijón.
HabÃamos necesitado… ¡¡¡8 reuniones!!! para poder introducir nuestros cosméticos, pero el esfuerzo habÃa merecido la pena. A dÃa de hoy son muy buenos clientes. Estamos implantados en sus 12 tiendas y nuestra marca se vende genial en sus perfumerÃas.
Nuestra relación con la familia Grana es súper afectuosa y con las chicas de las tiendas también.
Hemos aprendido grandes cosas a su lado estos últimos 6 años.
El gran Woody tenÃa razón. Evidentemente no todo es insistir. Hay que acompañarlo de muchos ingredientes más, pero por favor amigos emprendedores. “No tiréis la toalla”. Muchas veces la recompensa está mucho más cerca de los que nosotros pensamos 😉
¡Hasta la próxima semana!