En el post de hoy quiero rescatar un artÃculo que en su dÃa escribió Pilar Rivas, vocal de la Sociedad Española de QuÃmicos Cosméticos.
En él hace una reflexión acerca de los valores de la vida, y de una conversación que mantuvo con un amiga recién operada de uno de los grandes males de nuestros tiempos, el cáncer.
De como la cosmética, que en ocasiones puede parecer un sector superficial, solo preocupado de la belleza exterior, le habÃa ayudado en esos duros momentos.
Aquà os dejo su carta sobre “la magia de la cosmética”.
“El paso del tiempo nos va marcando la forma de enfocar la vida”.
La rapidez con la que pasan los años, nos lleva a reflexionar sobre nuestra vida, familia, trabajo, amigos, ocio. Los verdaderos valores, vuelven a ocupar la posición que nunca deberÃan haber perdido. Y a veces nos preguntamos que habrÃa sido de nuestra vida si hubiésemos escogido otras opciones diferentes de pareja, trabajo, amigos…
Formo parte de este magnÃfico colectivo que trabaja en el Sector Cosmético, y que va unido al misterio de la Alquimia, donde las mezclas reacciones, extracciones, filtraciones y demás procedimientos suenan a magia.
Esa magia que nos permite levantar el ánimo en momentos difÃciles con la sencilla aplicación de unos productos, que actúan en nuestra piel y en nuestro espÃritu.
Hace unos dÃas hablando con una amiga que está con tratamiento de “quimio y radioterapia”, me explicaba sus problemas de piel, la sequedad, irritación, inflamación…
Unos sÃntomas que afectan a su aspecto externo con un sensación de dolor y tensión. SÃntomas que se agravan psicológicamente con la caÃda del cabello, la bajada de las defensas y el miedo a no superar la enfermedad.
El oncólogo le dijo que para la piel usara alguna crema hidratante, y que terminado el tratamiento, desaparecerÃan progresivamente todas esas alteraciones.
Nuestra charla continuó para que le informara sobre que cosméticos serÃan los más apropiados en su caso, y que composición deberÃan llevar para su tratamiento actual.
Le comenté la gama de activos regeneradores, cicatrizantes, antirradicalarios, hidratantes y nutritivos.
Su cara era un auténtica sorpresa al descifrar los componentes, y saber que cada uno de esos productos tenÃa una finalidad que cumplir en esa larga lista de ingredientes.
Mi mayor satisfación fue su respuesta:“creÃa que la cosmética era una industria que vendÃa ilusiones a precio elevado y con resultados dudosos. Ahora sé que cientos de miles de profesionales, trabajan en este sector para crear productos que solucionan problemas, que son efectivos, que cumplen la misión para la que han sido formulados, y porqué no, que crean ilusiones”.
He vuelto a mis reflexiones de partida y me siento orgullosa y feliz de pertenecer a este colectivo cosmético que investiga, desarrolla y formula cada dÃa productos más innovadores, para mejorar el aspecto y la vida de los consumidores”.