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    ……… La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante …….

      Una historia así merecía la pena que viese la luz, no podía quedarse en la oscuridad… Con el permiso de nuestro amigo Alberto F. Gesto. Comienza…

      “Hola a todos,

Aquí estoy tirado patas arriba dos días tras terminar la carrera y como no puedo hacer mucho más que descansar os voy a contar mis sensaciones antes, durante y después de la maratón….

Como sabéis, creo que casi todo esto empezó sin haberme fijado un objetivo tan concreto como Valencia, simplemente quería empezar a correr y divertirme haciéndolo, además de recuperar viejas sensaciones deportivas. La experiencia vivida en Noruega junto a Sergio marcó un antes y un después, la emoción de ver a esta gente luchar contra el agua, la bici, la carretera y la montaña me metió el gusanillo en el cuerpo.

Norseman 2011

Nada más volver empecé a salir regularmente a correr, cosa dura ya que son muchos años en el dique seco; también hay que reconocer que no soy un chavalín, y ya no cuesta lo mismo arrancar y mantener. Acertadamente dice el Sr Rentalo que la edad solo está en la cabeza, sólo hay que proponerse las cosas, perseguirlas con pasión.

Y he aquí que sin comerlo ni beberlo acabé apuntado a un maratón, a 4 meses vista y con mucho trabajo por hacer. Sinceramente estaba convencido que sería imposible, demasiado poco tiempo por delante… Y así comprando ropa nueva, primero un pulsómetro y más tarde un reloj gps, empezó todo.

Los comienzos son horribles y mas aún cuando se tiene tan poca paciencia como yo para el deporte, no soporto que mi cuerpo no responda a mis deseos e ir como una tortuga, revolucionado de pulsaciones, la respiración fuera de sí y sólo para recorrer unos míseros kilómetros. Fue muy frustrante. Aquí los ánimos y consejos de Jamie Hernando, Sergio y mis futuros compañeros de expedición fueron fundamentales para no tirar la toalla.

Pero lo bueno de estar tan bajo de forma, es que a poco que mejoras te hace subir la motivación un montón y así las salidas de 5 kms se convirtieron en 6,7,8… y en vez de 3 pasaron a 4 ó 5 a la semana. Recuerdo con emoción el primer 10k, llovía, pero como era aun verano hacía buena temperatura. Corrí a 5 min/km y cuando paré, miré el tiempo y grité de rabia (menos mal que estaba solo). Ese día perdí una de las dos uñas damnificadas en esta aventura, otra cosa aprendida tarde, los playeros un cm mas largo de lo habitual y ahora las tendría todas..

Por no extenderme mucho llegamos a la media maratón de Langreo en la que probaba por primera vez 21 kms. Mi compañera de viaje inicialmente fue Debora, a la que equivocadamente intenté seguir y a la que en el km 10 tuve que abandonar viendo que iba muy forzado. Una de las múltiples malas decisiones tomadas estos meses. Aún así y luchando contra mis peores enemigos, correr por la mañana, con sol, y mal desayunado, se consiguió acabar con la satisfacción consiguiente. En esta carrera faltó Chus, por el que empezamos a temer debido a sus lesiones. Los demás, Sergio, Kike, los dos Carlos, y Debo lo hicieron genial. Tengo que destacar el apoyo que recibimos todos de Chus, Cris, Tin, Tita, César y mi Pa. Es increíble lo que se agradece una cara conocida animando desde fuera.. El día se completó con una comida y sobremesa con unos amigos geniales.

Ya no quedaba mucho y por motivos que no vienen al caso, las últimas semanas se me hicieron un infierno personal y afectando claramente a la calidad, intensidad y frecuencia de los entrenamientos y he aquí que llegué a Valencia con unas dudas importantes de si podría acabar. Los ánimos del Ãºltimo día antes de partir de Andre, Rober, Rachel, Debo y Ani tengo que agradecerlos, pero en este punto la inseguridad era inevitable.

Y  nos situamos ya en el viernes antes de la gran cita, un viaje con buen tiempo, hotel situado en la propia salida, un entorno y organización impresionantes, buenas previsiones, compañeros inmejorables,… todo parecía incitar al menos a intentar disfrutar del evento.

Chus, Gerar, Gesto y Carlos

Cena de equipo con los amigos “valencianos” Ger, Roci y Perry y para la cama a descansar. El sábado visita al oceanográfico, paellita, compra de geles y más descanso. Tengo que decir que dormí bastante mal los dos días antes de la carrera, demasiados pensamientos, calor en la habitación, una cama que no es la tuya…

Gesto y Kike

Y llega el gran día. En pie a las 6, ducha, plátano y comienzo de la hidratación. Desayuno donde encontramos a Jamie, que venía con su hermano y un amigo. Hablamos de objetivos, lesiones, etc. Fotos de equipo media hora antes de la carrera. Toca ir hacia la salida y con la emoción me olvido de tiritas diversas, el ibuprofeno que me iba a tomar, la vaselina para las rozaduras, en fin..

Como soy el paquete del equipo me sitúo en la zona mas atrasada, junto a atletas desconocidos, todos esperando con ansia el disparo. Hace un poco de frío pero a esas alturas ya me da igual, solo pienso en salir. Y bam! arrancamos.. Andando, aun tardo 2 minutos y medio en pasar por la línea de salida..

Mi objetivo inicial es acabar por supuesto pero como hay que marcarse un ritmo, la intención es hacer por debajo de 4h15min e idealmente menos de 4h. Así que a ponerse a un ritmo de 5.45 el km y entrar en calor. Con el fresquito y que gracias a los edificios que tapaban el sol al principio de la carrera, todo rueda fenomenal. Voy reorganizando mi estrategia de geles y bebidas sobre la marcha (de mano pierdo un gel en la salida mas o menos). Paso los primeros controles de 5, 10 y 15 a la perfección, voy junto a una chica extranjera a la que los aficionados le regalan unos “guapa!” y ella dice “joder que calientes los españoles”. La pierdo unos kms mas adelante, pero sigo viendo gente pintoresca animando, pitufos, drag queens y otros especímenes. Al pasar por la media ya da el sol de cara pero marca 2h00 y ahí me veo ganador, estoy intacto, a mi ritmo, empiezo a pensar en menos de 4h. 

Error. En entrenamientos sólo había hecho 24km máximo y claro a partir de ahí entraba en terreno desconocido. En el 26 primeros síntomas de que la cosa empieza a torcerse. Â¿Encuentro con el famoso muro? No creo, lo salto por encima y sigo. Las piernas no responden bien, lo parcheo con un gel, unas gominolas y continúo sin bajar ritmo. En el km 31 me encuentro ¿otro muro?. Este lo rodeo bebiendo mas, haciendo una paradiña para frotarme los muslos y seguir.

En el km 35 si aparece el muro de verdad, las piernas arden literalmente. Me paro. Este muro hay que derribarlo, pero a cabezazos. Bebo mas agua y apuro el último gel. Recibo ánimos de algún corredor. Comienzo a andar a pesar de que siento los muslos explotar, el dolor es muy fuerte. Estoy haciendo la carrera solo, no he visto a nadie conocido, la situación no me es extraña, la preparación la he hecho solo salvo ocasiones contadas, así que toca tirar de mí como sea. Ahora mismo estoy pensando aún como demonios continué. Lo cierto es que la retirada no era viable, aunque me costase una lesión, aunque llegase arrastrándome, esto lo iba a terminar si o si.

La inercia me lleva a correr, despacio, pero corriendo. En el km 37,5 paso por debajo de la última ducha y estoy destrozado. Primero pienso son poco mas de 4 km chaval, vamos que no queda nada. Pero inmediatamente hago cuentas y a la velocidad a la que iba suponía que me quedaban aún como media hora. 

A todo esto quiero explicar que no estoy cansado ni de lejos, el corazón no va revolucionado, la respiración es normal. Simplemente las piernas no quieren correr y memandan un mensaje con un dolor intensísimo. Y he aquí donde la cabeza entra en juego, hago caso omiso al dolor y me pongo a correr a 6 min/km. Empiezo a adelantar cadáveres y acercarme a meta. Son momentos interminables. Encuentro el cartel del km 41. Ahí ya esta todo hecho. Acelero incluso según me acerco a la pasarela montada sobre el agua de la meta. 

4 horas 11 minutos veo en el reloj de la llegada y 4 horas y 8 minutos en mi reloj. Aún tengo fuerzas para cagarme en sus muertos, ya pensaba que me estaban tangando tiempo…

Como un autómata paro el crono, me acerco a que me den mi medalla de finisher, mi bote de bebida isotónica y mi bolsa de naranjas. Estoy en una plaza enorme con gente desconocida, no veo a los chicos.

Y ahí solo, quizá sintiéndome mas solo que en ningún momento, me tiro en el suelo. Bebo un poco, me coloco mirando al sol. Lo he hecho. Creo que sonrío.

Así me encuentra Mus, chocamos manos, nos felicitamos y vamos a buscar a Chus que está recibiendo un masaje. Gran éxito de todos, buenas marcas. Incluso Kike que tuvo que luchar contra unos odiosos calambres.

Han pasado dos días y uno empieza a apreciar el mérito de lo conseguido. Intento comprender como la cabeza ha conseguido vencer el desánimo, el dolor. NO sería capaz de describir el infierno que pasé por los últimos 16 kms.

Gesto finisher

Ahora solo me queda agradecer a todos los que me han animado estos meses y me han dado sabios consejos:

A Sergio por su constancia, me ha aguantado a base de bien mis historias y mis bajones. A mis compas de expedición Chus, un monstruo que se devoró la maratón, compi de habitación y de viaje. Mus y Kike, que siempre supieron sacar las frases de motivación adecuadas para hacerme seguir. Andre que también me ha aportado ánimo psicológico. Cris, Rober, Debo y Carlos, dos fenómenos increíbles, PiterPipe y Cris la pareja del año, Peibol animando desde Madrid, Hospi, Julito entusiasta como pocos, Rachel, Ani, Tin y Tita. A Jamie, que el año pasado me dijo que iba a correr una maraton y no le creí…

Abrazos, besos os lo mereceis todo. Muchas gracias.”

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