El tratamiento de limpieza de la piel, debe de ser diario e imprescidible, si queremos que las cremas que aplicamos posteriormente tengan el efecto deseado. Además la limpieza es la encargada de proteger y reforzar el ecosistema natural de la piel. Y cada tipo de piel debe usar una textura diferente de las limpiadoras:
Leche: Emulsión fluida con fase aceitosa y fase acuosa, que se trabaja con facilidad y se retira con augua. Para pieles sensibles, normales o secas.
Leche limpiadora para Cara y Ojos. (con extracto de Avena) ER. 150 ml.
Crema: Consistente y nutritiva por su contenido en ácidos grasos esenciales. Se retira con agua, aportando confort y elasticidad a las pieles secas.
Aceite: Perfecto para disolver los componenete grasos del maquillaje resistente. Precede a al aplicación de una emulsión en la “doble limpieza”.
Pan: También llamada syndet, es una pasitalla sin jabón ni sustacias alcalinas. Se trata en realidad, de una crema muy compacta para pieles grasas y cutis sensibles.
Gel: Textura fresca y transparente, que se emulsiona con agua. Conviene al cutis graso por su formulación oil-free.
Tónico Exfoliante para Cara y Cuello. (con Hamamelis) ER. 150 ml.
Espumas: Su textura aireada está enriquecida con glicerina, simeticonas o miel. Limpian y acondicionan las pieles mixtas.
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