¿A quién no le ha pasado que va a la playa y tiene las piernas “negras” y en el escote parece que no le da ni un rayo de sol?
La culpable de esto es la ya conocida por todos “melanina”.

La diferencia de tono que adquiere cada persona se debe a la actividad de los melanocitos, que son los encargados de sintetizar la melanina. En concreto, a su cantidad y al tipo de melanina que producen. Por eso puedes ser que si tienes melanina “de buena calidad” (eumelanina) te broncees rápidamente y con facilidad y la melanina que no posee apenas acción defensiva (feomelanina) no te permite broncearte y al sol te quemas.

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Y además la distribución de la melanina no es uniforme por todo el cuerpo. Hay parte del cuerpo, como las que van de la rodilla al tobilla, donde los melanocitos poseen menos capacidad de síntesis y es más difícil el bronceado. Al igual que el abdomen, que es la zona del cuerpo con menos concentración de melanocitos. Conviven una media de 800 célula pigmentarias por metros cuadrado mientras que en la zona de máxima concentración son más de 2300 por centímetro cuadrado. (es una zona del cuerpo masculino: el pene)