Pese a que el problema de las pieles grasas afecta a gran parte de la población femenina, es en los útimos años cuando su tratamiento está obteniendo mayor atención. Las hidratantes fluidas y libres de aceites, son productos relativamente nuevos en el campos de la cosmética, a pesar de que está comprobado que el problema de las pieles grasa afecta al 41% de la las mujeres europeas. En España un 80% de la población padece acné en algún momento de su vida, y no sólo durante la pubertad.
Purificar y normalizar la piel
Al contrario de lo que pudiera pensarse, la solución para tratar un cutis graso no es el uso continuado de astringentes fuertes. Con estos productos, lo único que se consigue es eliminar el aceite de la piel, cuya reacción consiste en enviar un mensaje a las glándulas sebáceas para que generen más aceite y restituyan al que ha sido eliminado. Si esto se repite con frecuencia, la piel se va deshidratando progresivamente, con lo que el cutis acaba por resecarse pese a conservar su apariencia oleosa.
Los tratamientos para una piel grasa tienen que purificar la epidermis, eliminar el exceso de sebo y cerrar los poros dilatados.
Por eso los geles limpiadores y los tónicos deber ser fluidos y sin alcohol.
      Por otra parte, durante el dÃa es conveniente aplicar emulsiones refrescantes de textura fluida no grasa, cuya función es hidratar el cutis, equilibrar la secreción sebácea y normalizar el pH y la flora bacteriana. Recordar que no es el aceite el que hidrata la piel, sino el agua..
Durante la noche, las pieles grasas necesitan un gel normalizante muy refrescante y sin alcohol, para suavizar y aliviar la sensación de irritación.